Carta enviada a Ollanta Humala el día 18 de Mayo del 2012





Lima, 18 de Mayo del 2012

 Señor

OLLANTA HUMALA TASSO
Presidente de la República del Perú.
Presente.-
                                                                                    
Ref.- Carta Nº de Registro 12-004036

         De mi consideración:

         Como informe a usted en la carta que envié el día 20 de Febrero pasado Sr. Presidente, voy a continuar con la lectura que tengo grabada en mi memoria, como testimonio personal, de los acontecimientos que marcaron las décadas del 80 y 90 en el Perú. Estoy convencido, que la desidia y también el contubernio de autoridades civiles y militares con las mafias del narcotráfico, fueron determinantes en el fortalecimiento del terrorismo y el narcotráfico, que hasta el día de hoy desangran nuestro país.

La descomposición que estas lacras han causado en nuestra sociedad, han sido el caldo de cultivo de los problemas sociales que ahora acarreamos, como son las mafias que se han organizado para la extorsión, el sicariato, los marcas, etc, etc, etc. Y el término narcoterrorismo creado para nombrar a la unión de estas dos lacras sociales, creo se aplica ahora con mas justeza a pensar que es el narcotráfico puramente dicho, el que está creando el terror en las zonas cocaleras, al mismo estilo del tristemente célebre cartel de Medellín en el país vecino de Colombia. El seudo discurso político del individuo que se hace llamar Gabriel en la zona del VRAE, demuestra en toda su dimensión, el afán de tener una zona de nuestro país, en los que puedan realizar sus ilícitas actividades con total impunidad.

         Después de la última carta que le envié Sr. Presidente, he recibido ácidas críticas de todo calibre. He tratado de explicar a la gente que me ha hecho llegar estas críticas, que no soy periodista, tampoco un historiador, y mucho menos un literato. Pretendo tan solo, descargar la frustración de toda una vida. Solamente deseo dejar un testimonio escrito, de la enorme cantidad de experiencias recogidas a través de décadas de trabajar como aviador civil en el Perú. Fundamentalmente, como testigo presencial de todos los acontecimientos que relato en estas páginas.

La crítica más numerosa es, que he exagerado al hablar de terrorismo de estado. Pero de que otra manera se puede explicar por ejemplo, que cientos de “Gallardos Oficiales” de las fuerzas armadas y policiales del Perú, incluido el actual ministro del interior, se hayan arrastrado lastimeramente a firmar el acta de sujeción (sumisión), sino es por puro miedo. Por puro terror. Hay denuncias hasta el día de hoy, que dicha acta ha servido para mantener la impunidad de personal militar que participo directa o indirectamente en graves actos contra los derechos humanos en el Perú, y que el Ministerio de Defensa utiliza como instrumento para negar información a la ciudadanía en general.

         Recuerdo el caso del Coronel de la Policía Nacional Juan Briceño Pomar, que luego del golpe de estado de Alberto Fujimori de 1992, y teniendo en ese entonces el grado de Mayor, se negó a reconocerlo como presidente legitimo, por lo cual fue enjuiciado y perseguido, afortunadamente en el retorno a la democracia se reconoció su valor. ¿Cuál hubiese sido la historia del  Perú, si todos los oficiales de las fuerzas armadas y policiales, fiscales, jueces, funcionarios del estado, hubiesen tenido la valentía de bien, la dignidad de hacer lo mismo? También se peca por omisión, no solo por acción.

         Su señora esposa Sr. Presidente, a través de las redes sociales hizo célebre una ingenua frase “¿Es tan difícil caminar derecho?”. Pues yo tengo que decirle a la Sra. Nadine Heredia, que en un país como el nuestro, con un estado con instituciones tan corruptas, es muy, muy difícil.

         Como siempre, ejemplos concretos Sr. Presidente: Por varios años denuncié ante autoridades administrativas del estado, graves irregularidades en la administración de recursos y operaciones aéreas en diferentes zonas del territorio nacional. Cuando agoté esta vía, recurrí al Ministerio Público y también al Poder Judicial. Vanos fueron mis intentos de conseguir una pizca de justicia.

         Lo que si conseguí fue la reacción furibunda de funcionarios del estado, que empezaron una persecución de demolición que terminaron con mis posibilidades de conseguir empleo en mi profesión, y por último perder mí licencia de Aviador Civil.

Me voy a permitir utilizar unas líneas para explicarle en que sustento esta afirmación.

         El día 13 de Marzo del año 2007 presenté una denuncia penal contra los que resultaran responsables de varios delitos que a mi entender habían cometido varias autoridades civiles y militares. Dicha denuncia la presenté ante la mesa de partes de la Fiscalía Provincial de Lima.

         La denuncia empezó a transitar por los retorcidos vericuetos del Ministerio Público con  terrible mala suerte. Cayó en manos de la Fiscal Provincial Magda Victoria Atto Mendives, a cargo de la 53º FPPL, que desafortunadamente había sido reincorporada a la Fiscalía dos meses antes, después de varios años de haber sido expulsada.

         Inmediatamente de tomar posesión de la denuncia, la Fiscal Atto Mendives aplicó un desmedido afán de fragmentar mi denuncia, para luego proceder a derivar secciones de la misma a diferentes fiscalías, con desconocimiento de los principios de concentración y economía procesal que deben inspirar toda investigación, con el ánimo aparente de afectar la evidente contundencia de mi denuncia mediante su desintegración, ya que en ella se perfila claramente mi propuesta de la forma como acreditar la existencia de una maquinaria instalada al servicio de la corrupción en el interior de la Dirección General de Aeronáutica Civil, dependencia del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

         Los delitos que denuncie de funcionarios del estado, de retorcidos manejos empresariales y operacionales al interior de las empresas aéreas, así como también del personal técnico aeronáutico, repercutía directamente en la economía de los empresarios, que como no es de otra manera en nuestra sociedad, es recurrir a autoridades dispuestas a torcer las leyes en beneficio de sus bolsillos, y en menoscabo de la seguridad que debería primar como base de operaciones aéreas.

En una lucha solitaria, larga y costosa para mis magros recursos, logré reunir pruebas también con la ayuda de la Defensoría del Pueblo y el Consejo de la Prensa Peruana, que probaban a mí entender de manera irrefutable la comisión de delitos de dichos funcionarios y empresarios. El resultado fue, que los mismos funcionarios al interior del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, se robaron las pruebas dentro de los archivos del mismo ministerio, y la 53º Fiscalía Provincial Penal de Lima, a cargo de la Fiscal Magda Victoria Atto Mendives, validó dichas desapariciones, negándose a recibir nuevas pruebas, y por último, archivando la denuncia. El Fiscal Superior encargado del supuesto control interno de la Fiscalía de Lima a cargo del Fiscal Superior José Fernando Timarchi Meléndez, también validó dichas maniobras, y fue más allá todavía, y refrendo las resoluciones de la Fiscal Atto Mendives.

         El día 21 de Marzo del año en curso, llegó a mi domicilio una notificación de la Fiscalía Provincial Mixta de Daten del Marañón, firmada el día 02 de Marzo por el Fiscal Eralio E. Pretell Saavedra. En dicha resolución me anuncia que la denuncia presentada el 13 de Marzo del año 2007, y que fue derivada hacia esa fiscalía por la Fiscal Atto Mendives hace cinco largos años, ha sido archivada, y como cereza que adorna una torta, menciona que la denuncia se debió realizar por el fuero militar. El caso denunciado es el siniestro aéreo ocurrido en la localidad de Andoas el 05 de Mayo de 1998, con una aeronave de propiedad de la Fuerza Aérea Peruana, que trabajaba con la fachada de la empresa TANS, y en dicho siniestro aéreo murieron 74 civiles, empleados de la empresa petrolera OXI, el avión era tripulado por dos pilotos civiles, y estaba realizando un contrato de transporte de personal de una compañía extranjera. En mi investigación personal pude constatar que los pilotos que murieron en el siniestro aéreo, no estaban habilitados para volar esa aeronave, y la empresa TANS les permitió actuar como mercenarios. CORPAC les permitió despegar de Iquitos a sabiendas que llegarían de noche a Andoas, en un campo que no tenía las condiciones para recibir vuelos nocturnos. ¿Cómo alguien se puede atrever a firmar una resolución que afirme que esa era una operación militar?

         Ya le he mencionado antes Sr. Presidente, que de la administración de justicia en nuestro país, mediocre y corrupta, no se puede esperar gran cosa; sin embargo, no me deja de sorprender como fiscales y jueces se atreven a firmar barbaridades, será porque ellos tienen claro, que la impunidad siempre está garantizada para ellos.

         Tengo que reconocer sin embargo, la valentía del actual Presidente de la Corte Suprema, el Dr. César San Martín Castro, de haber reconocido públicamente la gran corrupción al interior del poder judicial y hasta se ha hablado de mafias enquistadas. Por supuesto que inmediatamente han saltado los interesados defensores del statu quo para atacar frontalmente al Dr. San Martín. Esperamos que por parte de su gobierno no falte el debido apoyo a la importante gestión de dicho magistrado.

         El día 14 de Mayo del 2012, hace apenas unos días, fui citado como testigo en la denuncia penal que recae sobre el empresario Guillermo Franklin Horler Altamirano, bajo el número de expediente 214-2010, y que está siendo ejecutado en el Juzgado Colegiado de Nazca a cargo de los Señores Jueces Dra. Diana María Jurado Espino, Dr. Enrique Medina Alegría y la Dra. Rosa Liliana Gil Cahuana.

         Este proceso penal se inicia por la participación dolosa de dicho empresario en la muerte de seis pasajeros y un piloto en un siniestro aéreo ocurrido el 25 de Febrero del 2010, y esta investigación judicial se ha logrado gracias a la tenacidad de familiares de los jóvenes chilenos fallecidos en el siniestro aéreo, porque de otra manera estoy seguro, hubiesen pasado a ser solo una trágica estadística mas de todos los crímenes impunes de nuestro país.

         Lo que me entristece profundamente, es que yo denuncie con mucha anticipación la racha de tres siniestros mortales que se dieron en la base de Nazca entre los años 2008 al 2010. Lamentablemente, el tiempo me dio la razón. Pero eso les costó la vida a 18 personas inocentes que vinieron al Perú a disfrutar de nuestras maravillas naturales, y se encontraron con un perverso afán de lucro que los llevo a la muerte.

         Llegue a trabajar a la base de Nazca en el año 2000, y el año 2001 logré formar una asociación de mecánicos y pilotos con la intención de llevar orden en una caótica base aérea. La asociación se denomino Asociación Aeronáutica Civil de Nazca (AACINA), y fue debidamente registrada en los registros públicos de Ica.

         Con esta asociación logre promover que la Dirección General de Aeronáutica Civil, legislara dentro de sus atribuciones de la Ley 27261 una Regulación Aeronáutica, el RAP 131. Y además solicité la adecuación de sistemas de seguridad en las operaciones aéreas como el sistema ADS, o una torre de control adicional en las mismas Líneas de Nazca. Ninguna de mis peticiones fue escuchada por el simple argumento que era gastar un poco mas de dinero por parte de los empresarios. Y apenas deje de trabajar en Nazca en el año 2006, el RAP 131 fue desaparecido.

         Denuncie en su oportunidad, como empresarios inescrupulosos utilizaban combustibles no autorizados, falsificación de documentos. Adulteración de bitácoras de vuelo. Como no se respetaban las zonas de operación y los niveles de vuelo. Estas y otras denuncias las realicé por escrito ante la Dirección General de Aeronáutica Civil, ante los Ministros de Transporte de turno y ante el mismo Ministerio Público. Nadie me hizo caso. Y lo que es peor, las autoridades que debieron velar por el cumplimiento de las estrictas leyes que rigen la aviación civil en el mundo, se coludieron con empresarios inescrupulosos y el resultado fue la muerte de personas inocentes.

         Como siempre, ahora los verdaderos culpables están a buen recaudo. Las autoridades que debieron velar por la seguridad aérea, ni siquiera están siendo nombradas en los juicios que han devenido por estas trágicas muertes, Hay el antecedente de un juicio penal por la muerte de cinco ciudadanos franceses en una empresa del mismo empresario Guillermo Franklin Horler Altamirano el día 09 de Abril del año 2008. A pesar que la sala reconoce que uno los principales factores para estas trágicas muertes fue la falta de instrucción que la empresa no cumplió con darle al piloto causante del siniestro aéreo, solo se condena al piloto y el empresario responsable salió libre de polvo y paja. Ojala la historia no se repita, y ahora si se haga justicia. Y que esto sirva para que se abran las puertas de una real investigación al interior de la mediocre y corrupta administración de la Dirección General de Aeronáutica Civil.

Sin más que agregar por el momento me despido de usted, agradeciendo la atención que sirva prestar a la presente.

Atentamente,


Ricardo Valle Cabrera
DNI  07710808
Telf. 996-675-496

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