Más de la mafia fujimorista


Matilde Pinchi Pinchi hunde a Fujimori

La República: Claudia Cisneros

El desprecio que esta semana han mostrado los fujimoristas hacia Matilde Pinchi Pinchi es directamente proporcional al nerviosismo que sus declaraciones genera. No es poco lo que sabe y el detalle que maneja porque fue la secretaria de Montesinos.
Su testimonio deja absolutamente descolocado a Fujimori y por eso no es de extrañar que se haya “enfermado” una y otra vez, postergándolo. O que hayan intentado quebrar el juicio (http://bit.ly/1ouLgXy).
Lo que tanto se esmeraron en negar los fujimoristas; años trabajando el marketing de que Fujimori no sabía de los manejos delictivos de Montesinos cae ante el detalle de las declaraciones de Pinchi Pinchi que no hacen sino confirmar testimonios previos de exmilitares y funcionarios del fujimorismo.
Fujimori robó 100 milones de dólares al Estado para su tramposa e inconstitucional re-relección, ha dicho Pinchi Pinchi.
“La rendición de cuentas que Montesinos daba a Fujimori se podía hacer tanto en las instalaciones del SIN, como en Palacio de Gobierno. Él (el ‘doc’) le decía qué medios se habían volteado a su favor y cuánto dinero se había pagado para conseguirlo”
“La Marina, la FAP y el Ejército llevaban al SIN entre 280 y 300 mil soles, Interior dos millones y Defensa dos millones, todos mensuales”. Que se repartían para comprar conciencias en Lima y provincias.
Desnudo Fujimori en toda su hedionda mentira. No solo le torció el brazo a la Constitución que prohibía 2 reelecciones seguidas, usando la vergonzosa Ley de Interpretación Auténtica (26657, http://goo.gl/Q9prnc) que lo habilitó a la elección del 2000 solo porque argumentaron que su gobierno del 90 no contaba, pues estaba vigente otra Constitución. Si eran capaces de torcer así la Ley y la Constitución, no era de extrañar que comprarse a medio Perú fuera solo un asunto de logística para los fujimoristas. Fujimori y Montesinos querían permanecer en poder y todo lo que hicieron fue con ese objetivo. Robar plata de las FFAA no era cuestionable porque para todo buen fujimorista, el fin justifica los medios y más aún si esos medios no son propios sino de todos los peruanos.
No solo usaron nuestro dinero sino que se encargaron con él de embarrar, enlodar a cualquiera que apareciera como rival o enemigo para sus planes delictivos. A eso se prestaron a sueldo los publicistas Borobio, Winitsky y Mankevich, y el “periodista” A. Bresani que vaciaba las letrinas fujimontesinistas en tinta sobre los impresentables diarios chicha que crearon o compraron para esos fines: La Repúdica, El Chino, El Men, El Chato, La Yuca, etc.
“El propio Montesinos modificaba y luego le avisaba a Fujimori qué iba a salir mañana, con qué nuevos insultos saldrían” (Pinchi Pinchi).
Es sintomático que lo único que ha salido de boca de fujimoristas fundamentalistas como Martha Chávez o el abogado Paco Castillo, en contra de Matilde Pinchi, haya sido frases ofensivas o intentos de denigrarla. Mismo diarios chicha.
“Es una gran mentirosa esta persona (http://bit.ly/1mYUCLG), porque en primer lugar ella jamás fue secretaria ni nada, fue una mucama…” (M.Chávez)
“Tuvo una relación personal con Vladimiro Montesinos...” (P. Castillo)
Por eso, cada vez que Fujimori se esfuerza por aparecer desaliñado, debilitado o enfermo, no nos dejemos engañar, él no solo sigue sosteniendo sus mentiras, victimizándose pese a tener una cárcel única en el mundo, sino que tiene ambiciones políticas vigentes. Fujimori no es víctima de adversarios políticos sino de su propia red de delitos y mentiras, de su ambición y absoluta falta de ética. No es más que un hombre corrupto que se enfermó de poder y acabó enredado en su propia telaraña mafiosa de poder y dinero que lo hicieron percibirse invulnerable. Algo que otros políticos con similares ambiciones no deben olvidar. La historia les respirará siempre en la nuca.

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