Fallo Diarios Chicha: Luz Verde para corruptos



Claudia Cisneros
El fallo de la Sala Villa Stein es una traición al país, una traición absoluta al espíritu de las leyes y una estrategia legal aparentemente armada que le da a decenas, sino a cientos de corruptos, la herramienta legal perfecta para anular sus sentencias y procesos.
Todos los abogados del Perú saben que cuando el Código Penal dice a la letra que en el caso de delitos por corrupción es aquel “funcionario que” comete peculado, asociación ilícita, malversación, cohecho- es obvio que el funcionario solito no comete los actos de corrupción, siempre hay al menos dos: corrupto y corruptor. Y todo abogado de este país sabe bien –como explica Ronald Gamarra– que desde el 2001 cuando se inició la limpieza de corruptos del aparato estatal fujimorista, se hizo una interpretación de la ley para que no solo el funcionario corrupto pudiera ser condenado por sus robos al país, sino que cualquier persona –aunque no fuese funcionario público– que hubiese sido parte del acto corrupto, también pudiera ser castigada. Así se procesó a los Crousillat, Wolfenson, está acusado Schutz y muchos otros corruptos que no eran en el momento del acto de corrupción funcionarios, pero que fueron corruptores o corrompidos por un funcionario público.
Esta interpretación no es arbitraria ni tramposa, así funciona el derecho y las normas que pueden y deben ser interpretadas a la luz de los contextos cambiantes y del espíritu de la ley. El fallo de la Sala Villa Stein también es una interpretación de la norma, solo que en el caso de los diarios chicha es una interpretación que no favorece al combate contra los corruptos, y al contrario, los beneficia. El fallo de la Sala Villa Stein se ha traído abajo 15 años de jurisprudencia de nuestro derecho penal. ¿Y por qué importa la jurisprudencia? Porque la jurisprudencia son los fallos que sientan un precedente sobre cómo interpretar la ley, y esos precedentes se convierten en guía para subsiguientes fallos y jueces porque se entiende que es una interpretación de la ley que beneficia al país y a la institucionalidad del Poder Judicial.
Pero el fallo de la Sala Villa Stein ha usado todos los recursos que el derecho ofrece para revertir esta jurisprudencia que combate a los corruptos y corruptores. Ha aplicado la ley bajo la interpretación de que el Código Penal solo sanciona la condena del funcionario público que ha transgredido el supuesto de hecho de la norma. Pero peor aún, no solo los no-funcionarios públicos pueden desde mañana pedir anulaciones y salir libres de toda condena, sino también todos los funcionarios procesados y condenados por corrupción que no manejaban directamente los dineros que usaron para corromper. Es decir, solo el cajero del dinero, el administrador formal. Así se salvan hasta el propio Fujimori o cualquier otro funcionario que regale dinero para objetivos corruptos, firme resoluciones que desvíen dinero de los ministerios para fines corruptos (diarios chicha) o entreguen fajos de dinero a dueños de canales corruptos, etc.
El fallo de la Sala Villa Stein le dice a los corruptos que no eran funcionarios: Shutz, Crousillats, Vera, Wolfenson, entre otros, que no debieron ser condenados o juzgados por delitos de corrupción porque ellos no eran funcionarios. Mañana (o en 6 meses para no hacer tanto roche), todos los condenados o procesados pedirán la anulación de sus juicios y condenas y se les podrá otorgar. ¿Por qué? Porque el fallo de la Sala Villa Stein ha creado las condiciones jurídicas para cuestionar este tipo de resoluciones. Porque usando las herramientas legales produce una paradójica injusticia en la que el funcionario corrupto es el único juzgado por corrupción, mientras los corruptores o cómplices se salvan.
Hasta el propio Montesinos podría pedir que se le anulen las condenas al no haber sido él el guardián directo de los dineros. ¿Por qué? Porque lo que ha fallado la Sala Villa Stein (http://goo.gl/DkP4zY) se lo permite. Y ya está pasando: el propio Fujimori pretende ahora usar ese nefasto fallo de los diarios chicha para cuestionar su condena por los 15 millones de dólares que nos robó para pagar su “CTS” mordaza a Montesinos (http://goo.gl/8dMslS), aduciendo que él no era el guardián de ese dinero.
Abramos los ojos, ya. Esto no es un fallo aislado. Parece ser parte de una estrategia bien pensada, armada y ejecutada que se tira abajo 15 años de combate contra la gran corrupción (http://goo.gl/4jfQcW) y que asegura impunidad para quienes nos roben. Los corruptos se están burlando en nuestras caras, y la democracia y el derecho no debiera ser ultrajada de esta manera. Eso es una traición inadmisible.

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