El fujimorismo y los derechos humanos
Por Gustavo Faverón.
El gobierno de Alberto Fujimori retiró al Perú de la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, afirmando en la práctica que ningún peruano tenía derecho a acudir a ella. Ahora, Keiko Fujimori anuncia (como lo ha hecho antes) que acudirá a esa corte para pedir la libertad de su padre. Uno no para de maravillarse ante el nivel de hipocresía del que son capaces el exdictador y sus sucesores, pero este caso es singular porque pone en evidencia una serie de rasgos del estilo de los Fujimori como líderes políticos.
El más notorio es que entienden la ley y las instancias del derecho como instrumentos caprichosamente maleables según su conveniencia. Por debajo de esa idea corre otra más grave: la noción de que nadie excepto ellos es merecedor de derecho a plenitud y, además, la idea de que son ellos quienes deciden cuándo un derecho es aplicable o merecido por alguien y cuándo no.
Si esa torpe idea nos suena extraña y anacrónica, se debe a que no es una característica necesaria del autoritarismo ni del totalitarismo (que pueden ser persecutorios dentro de sus propias cúpulas) sino más bien un rasgo monárquico y absolutista heredado por los regímenes que rinden culto a la personalidad del líder.
De hecho, si uno revisa la ejecutoria fujimorista, descubre que en los veinticuatro años en que el fujimorismo existe como presencia política, sólo ha postulado a Alberto Fujimori como persona plenamente digna del reconocimiento de sus derechos humanos. Ni siquiera los miembros de las fuerzas armadas y policiales que participaron del conflicto armado interno gozaron de ese estatuto, porque también a ellos el gobierno fujimorista les desconoció el derecho de recurrir a la CIDH (por ejemplo, para reclamar por la desatención en que se los dejó en los años posteriores al conflicto). Es difícil pensar en un discurso político (si es que llega a serlo) que desprecie tan obviamente no sólo los derechos de la gente común, sino la propia humanidad de los seres humanos.
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